martes, 2 de abril de 2013

LOS PAJAROS, UN ESTUDIO PSICOLOGICO DE ALFRED HITCHCOCK



LOS PÁJAROS (1963)

Director: Alfred Hitchcock
Intérpretes: Tippi Hedren, Rod Taylor, Jessica Tandy, Suzanne Pleshette.


Recientemente se han cumplido 50 años del rodaje de la película LOS PAJAROS dirigida por Alfred Hitchcock.

Esta película se basa en un relato corto de Daphne Du Maurier que fue publicado por primera vez en 1952. En él se narra la historia de un humilde granjero y su familia que se ven sorprendidos por el ataque de los pájaros en su propia casa así como por su hostigamiento sin que aparentemente exista causa alguna para ello. La angustia va creciendo a medida que a través de la radio escuchan como el fenómeno se va extendiendo por todo el mundo y únicamente les queda esperar a que dichos ataques finalizen.

El proceso de elaboración del guión fue largo y compartido en todo momento por el director y sus guionistas. No obstante, Hitchcock dejó siempre muy claro que su pretensión con el guión era triple: no se debía aportar una explicación racional al comportamiento de las aves, había que dejar un final lo más abierto posible y sobre todo la película debía asustar.

Además para conseguir un efecto más profundo en el espectador la película comienza como si se tratara de una comedia de amor en donde Tippi Hedren y Rod Taylor comienzan una relación de flirteo. Eso sí, la relación comienza en una pajarería. Esta parte de la película sirve para contrastar la naturaleza humanizada de los pajaros metidos en jaulas con la vorágine de ataques y asedios aparentemente sin sentido que se van a producir con posterioridad.



Es muy aparente también en la película la relación que une a Rod Taylor con su madre en el film, Jessica Tandy, que como casi siempre en la filmografia de este director es una "sospechosa relación" de íntima conexión y exceso de sobreprotección  de la madre para con respecto al hijo. Ya vimos una relación de este tipo en Psicosis, sin bien de carácter postmortem.

Por otro lado, dentro de lo irracional de los ataques de las aves todavía causa más estupor y perplejidad ,si cabe, el hecho de que algunos de los vecinos de Bodega Bay, la población en la que suceden los hechos, culpen de este sin sentido a la visitante del pueblo, Tippi Hedren Esto acentúa todavía más la sensación de asombro del espectador y le hace buscar en este dato una posible respuesta a estos ataques, si bien su mente racional le indica que esto no es más que una superstición.

Algunas de las escenas de esta obra producen en el espectador un miedo cerval dado que no puede explicar de ningún modo lo que está pasando, lo que contribuye a transmitirle una ansiedad y desasosiego mayor. En este sentido contribuye a un más a esta perplejidad el hecho de que la ornitóloga que vive en el pueblo y que representa la racionalidad de la ciencia no pueda dar ninguna explicación plausible a lo que está sucediendo.

La escena que transcurrre en el exterior del colegio del pueblo en el que los alumnos están jugando y poco a poco los cuervos se van posando en los columpios hasta que se produce el ataque a los niños es de un crescendo nervioso muy impactante.




Una de las escenas más memorables es la del ataque de las aves en el centro del pueblo ya que es el momento en el que el hombre se da cuenta que está a expensas de una naturaleza que cuando se desata es imposible de parar y lo peor es que no tiene una explicación racional para ello. A este efecto contribuye también la toma aérea desde la que se divisa la situación del pueblo y la explosión de la gasolinera. Parecería como si una inteligencia superior estuviera observando lo que esta ocurriendo.

No obstante para mi una de las escenas más impactantes tiene lugar en casa de la madre de Rod Taylor (Jessica Tandy) estando él presente con ella, Tippi Hedren y la hermana pequeña del mencionado. Están tomando el té cuando de repente entran en la casa por la chimenea y por algunas ventanas miles de pajaros con el consiguiente terror, sorpresa y estupor de los protagonistas. Además se produce la paradoja de que en la casa hay una jaula con una pareja de agapornis que no comparten el salvajismo de sus congéneres Esto lleva al espectador a preguntarse una vez más por una explicación racional a los ataques de las aves, sin que por supuesto tenga una respuesta para ello. Además en esta escena vemos como los enjaulados no son los pajaros sinó los seres humanos.

Nadie puede explicar lo que sucede, ni los personajes ni el espectador. Además los únicos pajaros pacíficos son los agapornis y que, al final, van a ser llevados consigo por los protagonistas en un final lleno de incertidumbre, suspense de amenaza latente. En la última escena se deja un final abierto. Se trata de un plano fijo del coche de los protegonistas alejandose entre miles de pajaros que están posados en el suelo, en los tendidos teléfonicos, el tejado de la casa y que están expectantes de una manera incomprensible. No se sabe que va a pasar y lo más inquietante: ¿POR QUÉ?. Además no aparece la palabra "The end" con toda maquiavélica intención.

 
Como epílogo me parece justo destacar la notoria, efectiva y espectacular utilización de los efectos sonoros de movimientos de alas y graznidos de pájaros coordinados por Bernard Herrmann, en un film carente totalmente de música.





2 comentarios:

  1. Siempre que veo de cerca una bandada de pájaros me viene a la memoria la escena de la protagonista cuando es atacada .... no se irá jamás esa imagen de la retina!! Volverán??

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  2. Claro que volverán y entonces todo cambiará......

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